Abraham Mora tiene claro que clasificar a unos Juegos Olímpicos sería como graduarse de una Universidad y ser profesional, solo que en este caso el deporte de momento no le da para vivir.
Cuando el técnico Ernesto Aroche junto al Comité Olímpico y la Asociación Costarricense de Boxeo (Acobox) le abrieron una segunda oportunidad para buscar ese pase a Rio, Mora hizo un alto en el camino y reflexionó: ¿Dedicarse por completo al boxeo o seguir combinándolo con el trabajo en Walmart? El dilema del josefino.
“La verdad que pasé una semana complicada, no sabía qué hacer, pues vivo solo desde hace mucho tiempo y uno ocupa el dinero para vivir, sin embargo, el buscar el pase a los Juegos solo se da una vez en la vida y no podía desaprovecharla. Decidí renunciar al trabajo y jugármela”, contó Mora.
El pugilista acotó que para él era difícil trabajar y boxear a la vez, pese a que en su trabajo le acomodaban el horario para que cumpliera en el ring.
“No tenía quizás un buen descanso porque después del entrenamiento me tenía que ir a trabajar, un poco desgastante y no me concentraba del todo. Gracias a Dios he tenido ayuda del Comité Olímpico, de la Asociación Costarricense de Boxeo, también del entrenador que me formó Ricardo Jiménez y de amigos que se han acercado”.
Mora aseguró que añora ser olímpico por varias razones: la primera por objetivo personal que desde niño soñó; la segunda para demostrar a las personas de bajos recursos que cuando se quiere se puede; la tercera para dejar en silencio a aquellas personas que en algún momento lo dañaron y pensaron que por ser de un barrio peligroso no llegaría a ser nadie en la vida.
“Yo entré al boxeo porque un compañero de niño se burlaba de mí porque era de escasos recursos, así que me le fui encima, ahí me vieron y me llevaron al gimnasio. En los Juegos Nacionales 2008 inicié mi carrera y ahora también lucho por los que menos tienen, mi mensaje es que nadie puede arrebatarle los sueños ni verlo por debajo del hombro”.
Corrigiendo errores
Este boxeador de los 69 kilogramos irá a Bakú en junio al Preolímpico mucho más maduro, por lo que espera dar la estocada y hacer historia.
Este boxeador de los 69 kilogramos irá a Bakú en junio al Preolímpico mucho más maduro, por lo que espera dar la estocada y hacer historia.
“En Argentina me tocó de entrada un boxeador duro, era argentino, el número de dos de América, que pelea en la Liga Mundial, pero yo no me dejé, no le tuve miedo y ese esfuerzo valió la pena porque me llevarán de nuevo”, apuntó Abraham.
¿Y qué están corrigiendo de cara a la batalla final? “La fuerza, el movimiento de las piernas, Aroche insiste en que no me pegue mucho al boxeador, que maneje mejor mi distancia, que sea inteligente, vamos bien y con la motivación al tope”, respondió el pugilista de 23 años de edad.
Luego de observar un video de motivación sobre la felicidad, Abraham se dio cuenta que el boxeo es lo que lo hace más feliz y por eso entrena con todo para llegar a la Olimpiada.