DE LA TRANQUILIDAD DEL CAMPO A LA TENSA CAPITAL
“Todo sacrificio vale la pena”… Así inicia Efraín Ureña su historia como preseleccionado nacional juvenil en los 64 kilogramos.
Ernesto Aroche lo llamó y le dijo: “venga a entrenar con nosotros, haga lo posible por estar aquí”. Sin duda que la convocatoria envolvió a este humilde boxeador en un dilema: dejar la tranquilidad del campo en General Viejo de Pérez Zeledón por la tensa y ajetreada capital San José para realizar sus entrenamientos. No lo pensó dos veces y dejó a su familia para cumplir el sueño de crecer como pugilista y desde ya pone su mirada en el Campeonato Nacional Juvenil de este sábado y en el Continental Juvenil que se llevará a cabo en Jacó a finales de setiembre.
“Es un cambio muy grande porque allá en General Viejo tenía el gimnasio a 15 minutos de mi casa a pie, pero ahora duro hasta una o dos horas de viaje para llegar a San José. Vivo en estos momentos con un hermano y unos primos en Cartago, pero a veces las presas son enormes”, manifestó Ureña, de 18 años de edad.
Debe combatir la soledad con un buen descanso en casa tras cada entrenamiento, trata de no distraerse de su objetivo de ser campeón continental. Con la comida no ha tenido problema pues “algo le hago a la cocina y si no mi mamá me manda hecha las cositas y se lo agradezco tanto”.
Se siente apoyado por el comité cantonal de deportes y por Acobox y espera a corto plazo dar sus primeros resultados. En Juegos Nacionales fue bronce, pero va por más.
“Estamos entrenando duro con Aroche, debo mejorar la coordinación, mi defensa, pongo mucha atención porque quiero crecer como seleccionado. Me considero técnico y fajador y debo aprovechar mi altura”, apuntó.
Antes de boxear no practicaba ningún deporte, es más no se había dado cuenta que tenía madera para subir al cuadrilátero hasta que un amigo lo invitó para que entrenara.
“Yo ni sabía que podía boxear, empecé a entrenar, me gustó, ya en la segunda pelea que gané sudando mucho me di cuenta que si lo agarraba en serio podría llegar lejos y la verdad que ahora es mi pasión”, recordó el sureño.
Dentro de la zona de batalla no tiene compasión de su rival y fuera de ella trata de ser lo más gente posible. “Mi entrenador en General Viejo siempre me dice que no debo por qué cambiar mi forma de ser, siempre hay que ser humilde porque si uno se pasa de listo le puede ir peor”.
Ureña sueña con ser exitoso en el estilo olímpico y darle alegrías al país.