Los 81 kilogramos son pasado para Antony Solano, quien
retornó a la competencia en su peso habitual los 91 kg en el selectivo elite.
Ahí venció a Yanis García por KOT.
Con la mirada fija en Tokio 2020 y guiado desde el cielo
por sus dos abuelitas que están marcadas en su pecho con un tatuaje que lleva
sus nombres Solano espera dar frutos en el nuevo ciclo y anuncia que peleará
contra quien sea para mantenerse en la lista de la Selección Nacional.
“Yo no me he ido del proceso, lo que sucede es que volví a
mi peso habitual, los 91 kilogramos. Cuando decidí bajar a 81 kg era por las
posibilidades de ir al Preolímpico, sin embargo, para mí es muy duro bajar y
mantenerme en 81 por asuntos de trabajo y estudio. Físicamente me siento mejor
en mi peso habitual y vamos con todo porque quiero seguir siendo campeón
centroamericano”, indicó Solano.
Sobre el tatuaje en su pecho comentó: “Es una especie de
querubín, un enviado de Dios que abre las puertas del cielo y viene con dos
nombres que son de mis abuelas que fueron mujeres luchadoras, ya las dos
fallecieron, pero dejaron un gran legado en mi familia”.
El pugilista manifestó que hizo todo lo posible en 81 kg
por representar bien al país, sin embargo, en el camino se topó a los más
fuerte del continente. Al final sumó experiencia para lo que viene.
En lo personal afirmó que está agradecido con el Alcalde
Edgar Mora de Curridabat porque le da permiso para entrenar dado que trabaja en
la Municipalidad y espera pronto sacar el bachillerato. Asimismo dice aprender
al lado de sus entrenadores en Desamparados y el seleccionador Ernesto Aroche.